sábado, 17 de septiembre de 2016

De los momentos de estancia.


Es 17 de Septiembre. Las calles se desdibujan a través de paisajes que remueven sus colores en infinita condescendencia con el sol.
El pasto rebosa de mordiscos del tiempo y los gatos sobre los tejados y en las rejas reposan un acabado Agosto de ajetreo.
En las radios circundantes suenan melodías de paso, de postal, de tarjetita tipo "gif". Mis pasos resuenan en el pavimento como crujidos de ripio aplastado por troncos desafiantes.
Chilenidad. ¿ Qués es eso? Reflexiono mientras contemplo el cielo escaso de nubes y de brisa; mientras reconstruyo en mi mente los retazos de noticias que recolecto a diario en los medios.
Jubilación paupérrima, alto al rodeo, las fondas veganas, los rituales a mártires de conductores ebrios, los adolescentes del mundo desechable...
Y mi libertad termina donde comienza la de mi vecino, ese, el de la música postal...Y la libertad de los veganos termina al borde de las parrillas de más de la mitad del país... Y la libertad de los adultos mayores concluyó mucho antes de que jubilasen... pero aún así, termina en el doblez de los bolsillos del acaudalado ejecutivo gerencial de las AFP.... Y los mártires, ya no pueden clamar por su derecho a transitar por una vereda sin ser reventados contra una pared por un conductor mareado y acelerado que logra su minuto de éxtasis arcade... Y los animales del rodeo pastan en paz, sin pensar ni sospechar que serán llevados al coliseo donde la clase acomodada se beberá unos traguitos a su salud mientras un caballo "manda'o" lo aporrea.
¿Es eso la Chilenidad?
En otros lugares habitan personas sencillas y tranquilas que se regocijan con servir y compartir con otros conciudadanos, como el encargado del local de almuerzos que está a pasos de mi trabajo, que ayer se acostó cansado y exhausto sólo por haberse multiplicado y generar con sus manos, doscientas empanadas y tres ollas de almuerzos, para no "dejar bota' a la gente que viene pa'cá".
O los artistas callejeros y no callejeros que llevan y traen magia donde sea que se instalen, que con sólo verlos ya te alegran la existencia.
Los conductores alegres... (no borrachos)
Los feriantes risueños...
Los profesores de verdad... (mi gente)
las vendedoras de pancito, tortillas y dulces...
Los jardineros que respiran el rocío...
Los estudiosos que estudian...

Las particulas de arena que forman la playa, eso es cada ciudadano y el espíritu colectivo abrazado por la vida que es el mar, incierta y cadenciosa. Fugaz y potente.  Calma y tan viva a la vez, incluso en llamas.

Y bajo ese cielo azul casi vacío de nubes y con esa música postal de fondo, recorro mis pisadas, pensando, maquinando, cómo intervenir...interferir...
Llego a casa y tomo mis palabras, canto, escribo, y me proyecto para una nueva vuelta de este ciclo sin fin inserta en esta polis-playa de colores y paisajes.







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