domingo, 18 de marzo de 2012

Helen Keller y un flashback necesario.



"¡¡Kotéeee...mira, ven!!" La voz de mi madre resonaba el pie de la escalera.
Bajé curiosa para ver su dedo apuntando hacia el televisor. 
Y allí estaba. Un reportaje sobre uno de los dos colegios para niños ciegos que existen en Santiago: Helen Keller. Cuando uno escucha ese nombre y no está familiarizado con el tema, tiende a creer que se trata de alguna señora millonaria que lo construyó por beneficencia. Sin embrago, detrás de él, se esconde la historia de una escritora sordo-ciega que aprendió a comunicarse usando sus manos. Se destacó por sus textos autobiográficos y por  recorrer muchos lugares dando charlas acerca de la discapacidad.
El colegio lleva su nombre en forma de homenaje. 


Comencé a observar las imágenes del reportaje y de pronto, una avalancha de recuerdos invadieron mi mente: El ver los pasillos, ventanas, escaleras, trajo a mí una serie de sensaciones, algunas de ellas ya olvidadas: El olor de las salas de clases...de la cocina... las sesiones de violín de los días Martes, mis manos jugando con los pianos del salón...El equipo de Goalball* de los niños grandes...
Fui muy feliz en ese lugar. Ingresé a los 5 años a cursar Kinder, debido a que en el colegio donde había cursado el año anterior, y por unos anteojos mal recetados, me habían expulsado argumentando que yo no estaba apta para estudiar con niños normales. (Y cómo no, si andaba chocando con todo!!)


Estuve sólo un año en Helen Keller, pero aprendí cosas para toda la vida. Las clases sensoriales desarrollaron mis otros sentidos, el compartir con niños discapacitados me hizo mas empática a la diversidad y más sensible al dolor ajeno. Ver cómo ellos eran tan capaces y auto-suficientes me dio el coraje para pararme y exigir derechos en una escuela normal el año siguiente...y todos los años siguientes. 
Recordé esas mañanas con mi mamá en la micro, camino a clases con mi morralito amarillo. Y las muchas veces que las tías me disfrazaron de distintas cosas y tuve que representar audicuentos. El colegio era pagado, pero los alumnos de escasos recursos como yo teníamos benefactores anónimos que corrían con gran parte de los gastos. Después comencé a irme en furgón escolar con esa ayuda.


Y el día en que la directora nos dijo que no podía seguir ahí, porque quitaba el cupo a un niño ciego estando totalmente capacitada para la vida normal, hice mis buenos pucheros y me fui a casa con mi corazón de niña oprimido. No sabía lo que me esperaba. 
No entendía que lo que ella me quiso decir en ese momento era que me estaba graduando, que el proceso ya estaba completo para mí.
...
Sentada en el sofá con mi madre viendo la tele, comencé a llorar sin parar y un sentimiento de alegría extraño me recorrió. Miré hacia el lado...Y ella también estaba llorando. 


*Goalball= Juego paralímpico de pelota similar al fútbol que utiliza un balón relleno con cascabeles y se juega de sólo 3 personas por equipo. El balón no se lanza por el aire, sino que debe rodar por el piso y los jugadores intentar evitar que toque su portería. Se juega con las manos. Fue inventado en Alemania para los soldados discapacitados por la II Guerra Mundial.

viernes, 27 de enero de 2012

Analfabetismo musical.

Otra noche larga. Hoy he estado algo decaída y por recostarme unos instantes, terminé durmiendo toda la tarde, cosa que aún me tiene despierta a pesar de lo avanzado de la hora.
Esta semana he conocido al novio de una de mis alumnas que es ingeniero en sonido. Ha venido a mi sala a ofrecerme ayuda en la finalización de mi disco (Que por cierto y a falta de guitarra veía cada vez más lejos)
Ha hablado de un precio absolutamente razonable, que me ha dejado encantada.
Y comienza mi dilema de toda la vida. Mi analfabetismo musical. (nomenclatura que yo le he dado a mi ignorancia técnica y teórica de lo relativo a la música.)
Francamente me avergüenza mucho decir que a mis 28 años, no poseo dichos conocimientos. Pero más vergüenza aún me da reconocer y aceptar que sólo se debe a flojera: Material hay, textos en la web, videos tutoriales, mi trabajo se encuentra a pasos de las galerías de libros... Y mi vergüenza crece. Y crece más todavía cuando vienen las temidas preguntas..."Y en qué métrica están tus canciones?" "Y cuál es la tonalidad?" "Tienes listas las partituras?" "El material que tenes ha sido grabado por línea?"
Y yo me hago pequeña...Y con un hilo de voz respondo humildemente: "Ehh...sí, por línea, parece que la métrica es de 3/4, no sé hacer partituras y la tonalidad...la desconozco".
Entonces mi interlocutor sonríe amistosamente y musita un tranquilizador: "No te preocupes, lo veremos en el camino, yo te puedo explicar algunas cosas..."
Y comienza a hacer un esquema de lo que será el trabajo que se viene. Me explica por qué un mp3 es absolutamente inferior  a un archivo en wav. Y yo almaceno todo en mi cerebro como un procesador de la mejor calidad. Así, pequeña, oyendo consejos y datitos útiles, voy tapando un poco mi analfabetismo y tomando de todas partes lo necesario para al menos no poner caras de pánico al escuchar alguna pregunta.
Agradezco con movimientos de cabeza y casi sin voz, mientras me imagino saliendo del edificio directo a comprar algún libro...
Y de pronto la puerta de la sala se abre y entra una alumna. Mi postura se eleva, reaparece mi voz, dejo de ser pequeña y exclamo muy tranquila y normal: "Good evening Lady"
...Y la hora de salir llega...salgo...cruzo la calle...y me voy feliz a la tienda...por un queque para llevar a casa.