lunes, 6 de diciembre de 2010

El Chat.



El Chat...
La definición más sencilla para esta palabra es:
 "Término proveniente del inglés que en español equivale a charla), también conocido como cibercharla, designa una comunicación escrita realizada de manera instantánea a través de Internet entre dos o más personas ya sea de manera pública a través de los llamados chats públicos (mediante los cuales cualquier usuario puede tener acceso a la conversación) o privada, en los que se comunican sólo 2 personas a la vez."

Uno de los medios de comunicación actual, muy masivo y de gran vigencia, que permite que las personas se expresen de manera instantánea con quien deseen a través de la escritura.

Esta vez mi objetivo no es criticar. Hoy, simplemente procederé a narrar una experiencia relativa al tema que me ha hecho reflexionar y que, incluso,  me ha parecido jocosa.

Hace algunos meses y estando yo bastante aburrida frente a mi laptop, descargando una de mis películas favoritas y sin nada más que hacer, decidí internarme en este mundo chatísitico para matar el tiempo que duraría la descarga antes de irme a la cama. Así, y sin saber donde comenzar, puse la palabra en el nunca bien ponderado buscador. De inmediato ante mis ojos, apareció una enorme variedad de páginas ofreciendo el servicio en forma gratuita. Luego de vacilar unos instantes, accedí a uno brindado por mis compatriotas para gente de mi país. Pronto apareció una barrita para escribir mi "nick", en la cual, y luego de cavilar un rato puse simplemente "María". pensando que si escribía algo como Kitty, Kotyta o semejantes podría ser tomada como niña. En ese momento no tenía nada en mente. No buscaba nada más que pasar el rato. La ventanita del chat se abrió unos instantes más tarde y apareció ante mí una lista de nombres de lo más variada. Al medio de la pantalla había un espacio que parecía ser la sala común donde las conversaciones de todos se vertían como ríos de palabras.
Mi primer impulso fue escribir algo en ese río. Puse "Hola" y mi textito se perdió en el torrente de frases inconexas que bullía a toda velocidad. En ese momento se conectó a mi "Messenger" personal una de mis grandes amigas y me olvidé del río para conversar con ella cosas de nuestro día y compartir como si estuviésemos cara  a cara. Esa es la magia del chat para mí, acercarte a las personas que estimas y compartir con ellas. Recuerdo que cuando recién accedí a estas modernidades me sentí muy contenta de poder dirigirme a mis amigos y parientes de un modo sencillo y dinámico, enviarles fotos y hasta música.
De este modo y como mencioné antes, me olvidé de la ventanita y su río. Un largo rato pasó antes de que lo recordara y cuando esto sucedió y la observé, descubrí 5 mini-ventanitas más. Comencé a revisarlas una por una. Eran todos chicos que deseaban conocerme. ¡Waw! pensé, ¡sólo con mi nombre han comenzado a hablarme!
De inmediato me visualicé en la Plaza de Armas gritando "¡Maríaaa!" y a 5 tipos acercándose. Sería raro...
Comencé entonces una conversación con cada uno de ellos: Con tres hablé trivialidades cono el clima, la playa, la ciudad; con uno intercambié datos como a qué te dedicas, qué música te gusta, cual es tu signo, mientras que, con el último hubo algo novedoso. Este individuo comenzó desde un principio a utilizar apelativos cariñosos para conmigo: "Corazón", "Amor" "Cariño" y a persuadirme insistentemente de agregarlo a "Messenger". Me pareció por lo demás bastante sintomático y me limité a decirle. "Si quieres ciber-sexo, yo no soy la persona indicada". Ante mi respuesta agregó "Nooo corazón, yo no kero eso, yo kero a las niñas, y las respeto muxo".
Pensé "Hummm, qué clase de respeto es este si ni me conoce y ya me dice Amor...¡cómo sería si lo tuviese en frente!" Intenté decirle cosas como a los demás pero luego de cierto intervalo de tiempo volvía con lo de msn. Finalmente le propuse aceptarlo con la condición de no usar la webcam. accedió inmediatamente y nos trasladamos de chat. Pero ahí comenzó lo que yo ya me esperaba. El sgte. diálogo:


T-"Oiga linda...ud vive solita?"
K-"No"
T-"Uy yo sí, toy solito aki...y la dan permiso pa salir?"
K-"mm?"
T-"asi como pa ke venga a regalonear conmigo?"
K-"Regalonear?"
T-"oiga...quiero verle su carita ponga la cam
K-"No"
T-"ya po si es pa verla no mas pa saber como es ud amorsito, pa conoserla asi con arto respeto y pa ke seamos amigos"
K-"No"
T-"ya po si un ratito no mas y yo pongo la mía pa que vea lo que tengo aki"


A esas alturas la conversación tomó un cariz que no me gustó para nada. No era difícil imaginar lo que aquél individuo pretendía hacer a través de la dichosa webcam. Rápidamente lo eliminé y bloqueé de mi sistema.
Luego una por una fui cerrando las otras ventanitas para finalmente despedirme de aquel ciber viaje a lo desconocido.

El mundo está repleto de seres con ambiciones, necesidades, obsesiones y misterios. Ley de Oferta-demanda que predomina en nuestros días. Combinaciones imperfectas que merman o incrementan los designios de nuestro subconsciente.
Miré la barra de descargas. Ya se había completado.

3 comentarios:

  1. interesante viaje, creo tener recorrios por esos lugares igual, pero ya desde hace un tiempo..mucho tiempo...conocí gente interesante pero nunca en persona...hoy ya ni siquiero entro a ese mundo de los chats...saludos.

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  2. jajaja..peo si ese era yo "cheñorita", jaja nooo
    ese mundo esta lleno de seres que sorprenden y son predesibles a la vez...

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  3. Me pasó. Hace muchisisisisisimos años. Ahora solo me quedo con mis amigos virtuales conocidos.


    Saludos!!

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